Escondida entre Santos y Santa Catarina, la calle da Silva, conocida por los lugareños como Rua Verde, merece sin duda una visita.
A diferencia de las más conocidas Rua Nova do Carvalho y Rua dos Bacalhoeiros, no debe su nombre al color del pavimento, aunque es igual de bonito para poner en el Instagram. El apodo se debe a la abundancia de flores y plantas que adornan los edificios y a su concepto de sostenibilidad.
Green Street surgió del amor compartido por las plantas de un residente y el propietario de un negocio, lo que desencadenó una asociación en el barrio. Desde 2018, el equipo de eventos organiza reuniones vecinales y talleres botánicos. Todo ello mientras promueven hábitos respetuosos con el medio ambiente e impulsan acciones para potenciar los negocios locales.
Pero esta calle es algo más que un lugar por el que pasear. Hay una gran variedad de restaurantes que sirven delicias portuguesas (petiscos), comida callejera africana e incluso aperitivos holandeses. Algunas tiendas añaden encanto a la calle, como la joyería Tania Gil y la tienda Barro, donde encontrará cerámica y ropa.
Además, a pocos pasos está Buna Specialty Coffee, una acogedora cafetería ideal para trabajar a distancia. Pregunte en recepción si quiere que le indiquemos la dirección correcta, está a tan sólo unos diez minutos a pie y merece la pena ver una de las calles más bonitas de Lisboa.